martes, 3 de enero de 2012

LA FAMILIA CRISTIANA DEL SIGLO XXI

La fecundidad ha padecido un desmoronamiento en muchas regiones, especialmente allí donde las riquezas son abundantes. La plaga del divorcio se extiende en países de larga tradición cristiana. El aborto hiere profundamente el alma de los pueblos y las conciencias de las personas. Las "uniones de hecho" constituyen un grave problema social cada día más extendido. Leemos en uno de los correos que nos llegan diariamente.

Casí, casi, nos habían convencido de que el hombre se basta a sí mismo para ser feliz: estudias una carrera o aprendes un oficio; con tu primer trabajo empiezas a ganar dinero, compras tu primer coche, no te metas en líos y a disfrutar de la vida al hilo de los tiempos ¿nada más? Puede que haya otras formas de vivir, pero… ¡¡Carpe diem!! En paralelo, no faltan mercaderes de voluntades que, convencidos de que todo aquello de justicia social es literatura de otro tiempo, hacen carrera volviendo patas arriba todo lo que huele a trascendente responsabilidad: piensa en ti, da libertad a tus instintos y todo lo demás se te dará por añadidura, sobre todo en aquello que se refiere a la libertad sexual ¿qué todo debe seguir un orden? Pamplinas…. Lo peor de todo es que nunca reconocerán su fracaso en la búsqueda de una mínima tranquilidad de conciencia; es así como crece y crece, el relativismo y la pérdida del afán de superación, con la consiguiente entronización de lo facilongo y estéril, sobre todo en cuestión de relaciones sexuales.

Es una situación que Mons. Angelo Scola, Patriarca de Venecia, describe de la siguiente manera en un reciente libro suyo:

"Universalismo científico y politeísmo neo-pagano explican la extrema facilidad con que una cultura andrógina se difunde cada vez más.

Según esta cultura la diferencia sexual no es, como afirma la psicología del profundo, insuperable e indeducible. Al contrario, llegará (y no tardará mucho) el día en el que cada hombre podrá elegir según su gusto su propio sexo o pasar en el arco de la misma existencia, de un sexo a otro. Las "biotecnologías" harán todo eso técnicamente posible... y en la ausencia total de valores de referencia desde el politeísmo neo-pagano, tenderá a transformar lo que "tú puedes" en lo que "tú debes".

El androginismo no es solamente la delirante búsqueda de la utopía de una autosuficiencia sexual que se basta a si misma, sino que... se revela como la negación misma de la autodonación fecunda.

Así que el androginismo... tiende a pervertir los tres aspectos del misterio nupcial (diferencia sexual, don de sí, fecundidad)... (propalando) un "erotismo difusivo".

La revolución sexual ha acercado al nivel de las masas una práctica de la sexualidad que entremezcla elementos libertinos y elementos románticos.

El otro, su cuerpo, es reducido a una pura maquina que permita el acceso al fuego del placer. Sobre todo la mujer, en su ser símbolo eminente del Otro, es anulada. La afección... es tratada como una enfermedad mortal contra la cual no hay ninguna defensa. El resultado es una desconstrucción radical de la esfera del amor y un demudamiento del misterio nupcial".

¿Quiere ello decir que sigue siendo posible lograr una razonable felicidad humana sin los atajos  que sugieren los ecos de la selva? Por supuesto que sí: la prueba la encontramos en no pocas familias cristianas, jóvenes familias cristianas, que no consideran tragedia, por ejemplo, el tercero o cuarto hijo que llega sin esperarlo pero que, por cuestión de amor y derecho natural, es reconocido como una bendición.

Nos gusta creer que todo eso de amor fácil o placer sin reservas perderá progresiva atracción entre buena parte de los jóvenes más responsables  para dar paso a la ilusión y compromiso serio por  construir una familia en plenitud y con vocación de trascendencia a la sombra del testimonio de Amor y Libertad que desprende la Cruz.