La Iglesia reúne en Comunión a todos los fieles cristianos; en palabras de sus doctores “es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios según está escrito (Ef. 5,25): Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella”. El Sumo Pontífice es su portavoz por expresa delegación del propio Jesucristo: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
El Islam tiene en Mahoma a su Profeta como exclusivo mensajero de Alah, nombre con el que los musulmanes adoran y sirven al único Dios, el mismo al que los cristianos adoramos y servimos.
No son pocas las diferencias entre musulmanes y cristianos por cuestiones de fe; pero esa falta de coincidencia no tiene por qué ser causa de enfrentamientos en tanto en cuanto unos y otros apelamos al Dios Misericordioso y todo Amor (que decimos los cristianos) como Juez Supremo y principal referencia para nuestras vidas.