Habemus papam fue la gran
noticia del pasado 13 de Marzo: tras la libre y responsable renuncia de SS Benedicto XVI, en la quinta votación del
preceptivo Cónclave, la elección recayó en SE el Cardenal argentino Jorge Mario
Bergoglio, Papa número 266 de la Iglesia católica con el nombre de Francisco.
Por primera vez en la Historia,
ocupa la Sede de Pedro un hispanoamericano y, también, por primera vez, la Compañía
de Jesús ve a uno de los suyos al frente de la Iglesia Católica. Es de lugar,
transcribir sus primeras palabras desde la balconada de la Basílica de San
Pedro:
Hermanos y hermanas, buenas tardes: Sabéis
que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos
cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo..., pero aquí estamos. Os
agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo.
Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI.
Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja
(reza con todos los asistentes Padre
nuestro. Ave María. Gloria al Padre).
Y ahora, comenzamos este camino:
Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la
caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza
entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por
todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de
Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí
presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y
ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que
el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me
bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos
en silencio esta oración de vosotros por mí.... Ahora daré la Bendición a
vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad..
Hermanos y hermanas,
os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos
veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda
Roma. Buenas noches y que descanséis (Tomado de Zenit.org)
Uno de
los primeros en hacer llegar al nuevo Papa su felicitación fue el Prepósito
General de su misma Congregación, el Padre Adolfo Nicolás Pachón, S.J. Según la revista virtual
Zenit.org, ésta ha sido la respuesta del Santo Padre Francisco:
Querido Padre Nicolás: Con sumo
gozo, he recibido la amable carta que, con ocasión de mi elección a la Sede de
San Pedro, ha tenido a bien enviarme, en nombre propio y de la Compañía de
Jesús, y en la que me participa su oración por mi Persona y ministerio
apostólico, así como su plena disposición para seguir sirviendo
incondicionalmente a la Iglesia y al Vicario de Cristo, según el precepto de
San Ignacio de Loyola. Le agradezco cordialmente esta muestra de aprecio y
cercanía, a la que correspondo complacido, pidiendo al Señor que ilumine y
acompañe a todos los Jesuitas, de modo que, fieles al carisma recibido y tras
las huellas de los santos de nuestra amada Orden, puedan ser con la acción
pastoral, pero sobre todo, con el testimonio de una vida enteramente entregada
al servicio de la Iglesia, Esposa de Cristo, fermento evangélico en el mundo,
buscando infatigablemente la gloria de Dios y el bien de las almas. Con estos
sentimientos, ruego a todos los Jesuitas que recen por mí y me encomienden a la
amorosa protección de la Virgen María, nuestra Madre del cielo, a la vez que,
como prenda de abundantes favores divinos, les imparto con particular afecto la
Bendición Apostólica, que hago extensiva a todas aquellas personas que cooperan
con la Compañía de Jesús en sus actividades, se benefician de sus obras de bien
y participan de su espiritualidad.
Miserando
atque eligendo (lo miró con misericordia y lo
eligió) es el lema que el papa Francisco
ha incluido en el Escudo de su
Pontificado, cuyos detalles los explica
el Padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa de la Santa Sede: “sobre fondo azul, lleva los
mismos símbolos de la dignidad pontificia de Benedicto XVI: mitra colocada
entre dos llaves de oro y plata de forma de cruz, unidas por un cordón rojo. En
lo alto campea el emblema de la orden
del Papa, la Compañía de Jesús: un sol radiante con el monograma de Cristo en
rojo. La letra H lleva una cruz encima y las puntas son tres clavos negros.
Abajo una estrella y una flor de nardo. La estrella, según la tradición
heráldica, simboliza a la Virgen, Madre de Cristo y de la Iglesia, mientras la
flor de nardo indica a San José, patrono
de la Iglesia Universal. En la tradición iconográfica española, efectivamente,
San José lleva una vara de nardo. Con esos símbolos el Papa manifiesta su
amor por la Virgen y San José”.
¿Os dais
cuenta de que, gracias a Dios, desde
que, con Pío IX, la Iglesia se liberó de
una buena parte de sus preocupaciones temporales , uno tras otro, la Iglesia ha
contado con sucesivos Sumos Pontífices que, sobre cualquier otra consideración,
se han preocupado de obrar como servidores de los servidores de Dios? Y viene ahora este buen discípulo de San
Ignacio para quien el verdadero poder está en el servicio a los que más lo
necesitan. Demos gracias a Dios y, junto
con el trabajo de cada día, no dejemos de rezar por él y por nosotros.
La Biblia es como un gran hospital de pecadores, donde no es un Museo de santos si no de pecadores"Dice Jesucristo: Yo no he venido al mundo a salvar a los que estan sanos si no a los que estan enfermos:
ResponderEliminarMe ha gustado la entrada sobre el nuevo Pontífice y hasta ahora va demostrando la sencillez como lo describían los que les conocían antes de serlo .Gracias por compartir esta entrada
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